Ha transcurrido ya la primera mitad de 2025, un semestre durante el que las aseguradoras europeas y españolas han demostrado una resiliencia notable y una posición sólida a pesar del contexto internacional, marcado por las tensiones geopolíticas, la incertidumbre en el comercio global y la volatilidad en los mercados financieros. La capacidad de adaptación y la innovación tecnológica están siendo clave para mantener la estabilidad del sector, pero ¿qué esperar para la segunda mitad del año?
A pesar del buen comportamiento de las aseguradoras durante la primera mitad del año, la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA, por sus siglas en inglés) advierte de la necesidad de estar vigilante ante el aumento de la exposición a riesgos geopolíticos y cibernéticos y pide prudencia frente a las amenazas asociadas a la volatilidad de los tipos de interés, las divisas y las valoraciones bursátiles.
De acuerdo con el último análisis del mercado asegurador de WTW, el debilitamiento del dólar estadounidense frente al euro, unido a los recortes de los tipos de interés europeos, ha añadido presión al entorno financiero en el que operan las aseguradoras. Además, las catástrofes naturales y los ciberataques continúan afectando al sector de los seguros.
A pesar de todo, aunque los ratios de solvencia en la mayoría de las líneas de negocio han descendido ligeramente respecto a finales de 2023, se mantienen en niveles holgados. Además, los fondos de pensiones complementarios han mostrado una ligera mejora en su posición financiera durante la primera mitad del año, al crecer sus activos por encima de sus pasivos. En este sentido, la EIOPA también subraya que la exposición del sector asegurador a activos estadounidenses y el uso generalizado de derivados para cubrir los riesgos financieros podrían amplificar los efectos de nuevas disrupciones comerciales a corto plazo.
Los ingresos por primas de las aseguradoras españolas sumaron, durante la primera mitad del año, 22 685 millones de euros (es decir, un 6,8 % más que en el mismo periodo del año anterior). De esta suma total, 13 630 millones correspondieron al ramo de No Vida y 9055 millones al de Vida. Estas cifras reflejan la resiliencia del sector asegurador en un contexto económico y de siniestros complejo y lleno de retos.
Durante el año pasado, la siniestralidad y sus costes aumentaron en varios ramos, incluyendo automóviles, salud y multirriesgo, debido sobre todo a la inflación y a los fenómenos meteorológicos extremos. A raíz de esto, las aseguradoras han multiplicado su inversión en tecnología y en digitalización con el objetivo de mejorar la eficiencia operativa y la personalización de los productos. De hecho, la colaboración con insurtechs y la adopción de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial se han revelado fundamentales para hacer frente a los desafíos actuales.
Por otro lado, la integración de criterios de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) se ha convertido en prioritario para las aseguradoras. Además, la presión regulatoria ha seguido aumentando, con la aprobación de nuevas normativas europeas para garantizar la estabilidad financiera y la transparencia en el sector. Así, durante la segunda mitad de 2025, las aseguradoras deben seguir adaptándose a todos estos cambios para mantener su competitividad.
Los desastres naturales, potenciados en gran medida por el cambio climático, siguen siendo una de las principales preocupaciones de las aseguradoras. A nivel mundial, las catástrofes naturales causaron pérdidas económicas por valor de 83 000 millones de dólares solo durante el primer trimestre de 2025, una cifra significativamente superior al promedio del siglo XXI para ese período. Las pérdidas totales de las compañías de seguros por catástrofes naturales durante esos tres meses superaron los 53 000 millones de dólares, el segundo total más alto registrado para un primer semestre desde 2011.
A nivel mundial, los incendios forestales en California y las tormentas convectivas severas en Estados Unidos fueron los eventos más costosos. Solo los fuegos de California supusieron 38 000 millones de dólares en pérdidas aseguradas, mientras las tormentas convectivas dejan pérdidas aseguradas de más de 1000 millones de dólares por tormenta. A nivel español, de acuerdo con el informe de WTW, los eventos más costosos fueron:
Los riesgos climáticos y de catástrofes naturales seguirán teniendo un impacto importante en las operaciones de las empresas aseguradoras a corto, medio y largo plazo, pero no son los únicos que añaden incertidumbre al escenario en el que opera el sector. Las guerras devastadoras, las crisis de las materias primas, la escalada de los precios, la inestabilidad de los mercados financieros y los elevados niveles de deuda dibujan un contexto global complicado y fragmentado con profundas implicaciones para la seguridad, el comercio, la inversión, las cadenas de suministro y la estabilidad política.