Durante el último año, las empresas han necesitado plantearse nuevos escenarios para seguir a flote. Esto ha implicado, en muchos casos, un sobreesfuerzo para los empleados, tanto los que siguieron desplazándose a sus lugares de trabajo como los que tuvieron que adaptarse a un entorno laboral en remoto.
Esta nueva situación ha afectado directamente al bienestar de los empleados, mermando su compromiso, su rendimiento y su productividad. Por eso, para el 90% de las organizaciones, el wellbeing corporativo se ha convertido ya en una prioridad. Te ayudamos a potenciar el valor empresarial del bienestar de los empleados.
¿Qué es el bienestar?
Un empleado que tiene sus necesidades emocionales, físicas, sociales y económicas cubiertas es un valor para la empresa. Su compromiso y su eficiencia aumentan y su rendimiento tiene un impacto real en el desempeño de toda la organización. Pero, ¿cómo potenciamos el bienestar de los empleados?
Hablar de bienestar no es hablar de un programa o una iniciativa independiente. Entendemos el bienestar como un aspecto transversal orientado a un propósito y que debe formar parte de los valores de la organización y de la experiencia del empleado. El bienestar debe vertebrar las políticas, los programas y las ofertas de prestaciones de la organización. La salud física, mental, social y financiera de los empleados se convierte en un aspecto central de la mejora de la productividad, la retención del talento y la sostenibilidad de los resultados empresariales.
Las cuatro dimensiones del bienestar
La salud es un aspecto central de nuestra vida y cada vez somos más conscientes de todas sus implicaciones. Así, cerca del 80% de los trabajadores espera que su organización le recomiende llevar estilos de vida más saludables. Nuestro enfoque integral busca reforzar el wellbeing o bienestar corporativo a través de cuatro dimensiones: el bienestar físico, el bienestar emocional, el bienestar financiero y el bienestar social.
El bienestar físico es mucho más que hacer ejercicio con regularidad o comer de forma equilibrada. Sentirse bien físicamente significa también comprender y manejar la salud personal, adoptar medidas preventivas, gestionar las enfermedades crónicas, sobrellevar y recuperarse de una enfermedad grave o de una lesión inesperada o lograr implementar un estilo de vida saludable.
La ansiedad y la depresión afectan a un número creciente de empleados. Alcanzar el bienestar emocional pasa por aprender a manejar el estrés y lidiar con su impacto en la salud mental, pero también por ser consciente de uno mismo, afrontar situaciones emocionales positivas y negativas, desarrollar comportamientos saludables, gestionar las crisis existenciales y mantener la estabilidad mental durante periodos de enfermedad o lesiones.
El estrés financiero es una realidad que influye directamente en el compromiso y la productividad de los empleados. Solucionarlo e incrementar el bienestar financiero significa aprender a gestionar los compromisos presupuestarios y a alcanzar los objetivos financieros, protegerse frente a riesgos imprevistos y contingencias y ahorrar para el largo plazo.
El bienestar social consiste en sentirse conectado, desarrollar sentido de pertenencia, comprender el valor de nuestras redes y cómo fortalecer las conexiones sociales. El bienestar social pasa también por aprender a aceptar la diversidad, ser inclusivos, saber cómo apoyar y colaborar con otras personas, ser capaz de resolver conflictos y adaptarse a los cambios. Es una dimensión del bienestar que trasciende el ámbito de la organización y se aplica a familia, amigos y sociedad en general.

El valor del bienestar en la empresa
El wellbeing corporativo se construye a través de estos cuatro pilares, pero cada dimensión está estrechamente ligada con las demás. Al fin y al cabo, el bienestar no lo forman compartimentos estancos. Es difícil estar bien emocionalmente si falla nuestro entorno social. La propuesta ideal de bienestar integra la salud física, emocional, económica y social y coloca al empleado en el centro. Alcanzar este estado ideal tiene un impacto directo en los resultados empresariales y cimenta la sostenibilidad de la organización a largo plazo.
Las empresas con mayores niveles de bienestar organizacional logran:
- Un talento más comprometido.
- Incrementar el nivel de ingresos por empleado.
- Ser más innovadoras, ágiles y flexibles.
- Reducir su factura médica.
- Minimizar el absentismo laboral.
- Disminuir drásticamente el nivel de estrés de los empleados.
¿Estás preparado para llevar a tu organización a un nuevo nivel de bienestar y productividad?
Ayudamos a crear estrategias para potenciar el valor empresarial del bienestar
Nuestro objetivo es ayudarte a desarrollar una estrategia de bienestar organizacional que integre las cuatro dimensiones en la experiencia de tus empleados. Empezamos por un diagnóstico del wellbeing en la organización y de los empleados para después diseñar un plan de acción personalizado y alineado con los objetivos generales y la propuesta de valor de la empresa. El objetivo último es promover un cambio cultural que impacte directamente en la cuenta de resultados.
Te ayudamos a afianzar el bienestar en la cultura y la visión de tu empresa. Te ayudamos a situar al empleado en el centro de la experiencia y la propuesta de valor. Utilizamos todo el poder de la tecnología para convertir el bienestar y la salud de tus empleados en el mayor activo de tu organización. Los que ya lo han probado aseguran que es un esfuerzo que merece la pena hacer. ¿Estás listo?