Tras varios años de condiciones de mercado duro, el sector asegurador encara un cambio de ciclo hacia un contexto de mercado blando gracias, entre otros factores, a que la mayoría de las aseguradoras está mucho más abierta a suscribir nuevos negocios y riesgos que antes excluía de sus políticas de suscripción, al aumento de la competencia y a que los resultados positivos de 2024 siguen motivando planes de crecimiento ambiciosos para este año. Sin embargo, esta tendencia no se percibirá por igual en todas las líneas de negocio ni para todos los riesgos.
El contexto general está muy marcado por la volatilidad y por la incertidumbre geopolítica (a pesar de la resiliencia que la economía ha mostrado hasta ahora). Además, el coste de los eventos climáticos extremos sigue siendo muy elevado y no va a desaparecer, mientras las temperaturas globales continúan subiendo y los eventos meteorológicos catastróficos son cada vez más frecuentes y costosos. En este escenario complejo, ¿cuáles son las tendencias que definirán el mercado asegurador en 2025?
Tal como se desprende del último informe Situación del mercado asegurador de WTW, el mercado muestra una tendencia clara de consolidación con capacidad suficiente en la mayoría de las líneas de negocio y apetito de las aseguradoras para poder cumplir con unos planes de crecimiento muy ambiciosos. Sin embargo, de acuerdo con nuestros expertos, no se puede hablar de un mercado blando generalizado, ya que en realidad sigue existiendo un mercado de dos niveles. Y es que algunas industrias (y en especial los riesgos que no lleguen a los estándares de calidad requeridos) seguirán teniendo dificultades para renovar sus programas y encontrar condiciones favorables.
Durante los próximos meses, la tendencia general serán las renovaciones planas o con ligeras bajadas de tasas. Además, los acuerdos a dos y tres años serán una opción cada vez más frecuente para retener clientes y tratar de controlar la volatilidad experimentada en los últimos años.
En algunas líneas de seguros, las bajadas de tasas podrán ser llamativas, especialmente para los riesgos más atractivos y que demuestren una mayor calidad de riesgo (risk quality). Allí es donde la competencia entre mercados tradicionales y los nuevos jugadores del sector tiene puesto el foco. Las mayores reducciones de precios se podrán esperar en los seguros de protección para directivos y administradores (D&O) y de ciber, aunque la fluctuación de las tasas dependerá en gran medida de las condiciones particulares de cada cliente.
Las mayores dificultades estarán en los riesgos con exposición a eventos catastróficos, aquellos que hayan registrado grandes pérdidas en los últimos 12 meses y las llamadas industrias agravadas, como alimentación y bebidas, energía, reciclaje y residuos o las industrias pesadas y químicas.
Tras un lustro complicado y una vez confirmada la vuelta a la senda del crecimiento en 2024, la mayoría de las aseguradoras tiene planes de crecimiento agresivos también para 2025, aunque todas resaltan que tendrán que cumplirlos sin poner en jaque la rentabilidad que tanto esfuerzo ha costado conseguir. Así, los mercados de seguros siguen revisando sus apetitos de riesgo y las políticas de suscripción con vistas a ampliar el abanico de oportunidades con las que poder cumplir sus ambiciones, pero al mismo tiempo tienen preferencia por los riesgos que más hayan corregido su precio durante los años de mercado duro y los que hayan realizado mayores esfuerzos en materia de control y prevención.
En este escenario, las empresas que quieran conseguir mejores términos y propuestas a la hora de renovar sus pólizas deberán presentarse y posicionarse de una forma atractiva en el mercado. Para ello, nuestros expertos recomiendan:
A pesar de las nuevas tensiones e incertidumbres políticas y económicas a nivel mundial, el contexto de mercado invita al optimismo, al menos, para el próximo periodo de renovaciones. En resumen, durante los próximos meses operaremos en un mercado de compradores donde la capacidad será abundante en cada vez más líneas de seguros, haciendo que sea el momento óptimo para mejorar los programas de seguros más allá del precio, recuperando los límites de indemnización y los niveles de cobertura perdidos durante los últimos años.