Los conflictos, las tensiones geopolíticas y los desastres naturales han ocupado buena parte del escenario en el que han operado la mayoría de las empresas en los últimos años. 2024 no fue diferente y 2025 parece que seguirá en la misma línea, teniendo en cuenta que algunos de los grandes conflictos, como el de Palestina o el de Ucrania siguen activos y lejos de resolverse. Sin embargo, las organizaciones pueden aprender a navegar estas aguas turbulentas y a gestionar mejor sus riesgos.
El último informe de nuestro equipo de gestión de crisis muestra un descenso moderado del 21 % en los servicios prestados a los clientes durante 2024, a pesar de que las turbulencias siguen siendo prácticamente las mismas que en 2023. En este artículo, te contamos las principales claves del informe, a nivel global y europeo, y la mejor estrategia para reforzar la gestión de los riesgos corporativos de tu negocio durante las crisis.
De acuerdo con los datos del estudio, el mayor número de incidentes registrados durante 2024 tuvo lugar en África, continuando con la tendencia observada en 2023. Sin embargo, a nivel regional contrasta la relativa estabilidad del norte de África y la región mediterránea, donde apenas hubo alertas durante el año pasado. América Latina y el Caribe son la segunda región con más incidentes, destacando el aumento de la inseguridad en algunos países caribeños como Haití.
Por tipología de incidente, las amenazas, las repatriaciones por motivos políticos, los secuestros y las emergencias médicas son las causas principales detrás de las solicitudes de asistencia a nuestro equipo de gestión de crisis. La mayoría de estos sucesos (y en especial las repatriaciones) se registran en zonas de conflicto como Oriente Medio.
El panorama de seguridad en Europa continuó eclipsado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, además de la incertidumbre política y económica que avivó el malestar social en la gran mayoría de los países europeos. Las agresiones han aumentado respecto a otros años, motivadas tanto por tensiones políticas como por causas ideológicas. Por ejemplo, el conflicto entre Israel y Hamás sirvió de foco de tensión para el extremismo islamista en buena parte del continente.
Por otro lado, los factores sociopolíticos y económicos siguen alimentando el malestar social en Europa. Por ejemplo, las protestas del sector agrícola contra las regulaciones ambientales de la Unión Europea, capitalizadas en buena parte por partidos euroescépticos, las protestas de los activistas climáticos (en especial, aquellas que tienen como objetivo las infraestructuras), las huelgas sindicales y las manifestaciones del movimiento pro-Palestina causaron diversos grados de desorden en gran parte de Europa.
Aunque con menos peso que los incidentes anteriores, otro de los factores de inseguridad y crisis en Europa es el extremismo islamista, que sigue siendo el principal riesgo terrorista. Esto quedó patente tanto en atentados sofisticados, como el perpetrado en Moscú, Rusia, como en ataques más improvisados o solitarios, como el de Solingen, Alemania.
De cara a 2025, es de esperar que el año vuelva a ser turbulento en Europa. Las incertidumbres derivadas de los conflictos regionales, principalmente en Ucrania, pero también del conflicto entre Israel y Hamás, sin olvidar el papel de la nueva administración de Estados Unidos, probablemente obliguen a los países y a las empresas a reforzar la seguridad. Además, la inestabilidad civil y las tensiones políticas, motivadas por factores sociales y económicos, seguirán muy presentes.
Sucesos como el asesinato del Brian Thompson, CEO de United Healthcare, a finales de 2024 han vuelto a poner el foco en cómo las crisis sociales y políticas tienen un impacto directo en los riesgos corporativos. Para minimizarlos, nuestros expertos recomiendan:
En un mundo cada vez más complejo y tensionado, ninguna medida por sí sola puede garantizar una seguridad absoluta. Sin embargo, un análisis en profundidad que genere una imagen clara del panorama de los riesgos ejecutivos de su organización y ponga en marcha los controles adecuados puede reducir significativamente el riesgo para los directivos de la organización.