¿Qué preocupa a los administradores y directivos (D&O, por sus siglas en inglés) de las empresas de todo el mundo? Un año más, el Global Directors’ and Officers’ Survey Report de WTW trata de responder a esta pregunta con un análisis de la realidad en la que trabajan cerca de un millar de directivos de todas las regiones del planeta. En sus respuestas a nuestra encuesta aparecen factores de riesgo habituales en estos informes, como el soborno y las prácticas corruptas, pero también riesgos emergentes a los que no se les daba demasiada importancia hasta ahora.
Estos son los 7 riesgos que más preocupan a los administradores y directivos en 2025.
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Los riesgos relacionados con seguridad y salud ocupan de nuevo el primer puesto entre las preocupaciones de los gestores, siguiendo la tendencia recogida por la encuesta de 2024. Un 80 % de los encuestados lo considera un tema muy importante, algo que podría estar relacionado con la imposición de multas y sanciones, incluyendo aquellas de naturaleza penal, en algunos países, como Reino Unido, o la introducción de reformas legales que obliguen a las empresas a responder económicamente por una conducta culpable que conduzca a la muerte de una persona, como en el caso de Australia con la introducción del delito de industrial manslaughter.
Además, el informe señala que la influencia de la pandemia, que puso de relieve la importancia de cuidar la salud de los empleados, sigue siendo evidente. También se percibe una mayor atención de los directivos a los asuntos relacionados con la salud mental de los empleados y un mayor reconocimiento a la importancia de cuidar el bienestar de sus empleados para aumentar la productividad y el rendimiento financiero.
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La preocupación por los riesgos derivados de la responsabilidad social aumenta respecto al año pasado. Por ejemplo, el 62 % de los encuestados dice estar muy preocupado por la vulneración de los derechos humanos dentro de la empresa o en las operaciones comerciales de la misma y el 59 % muestra su preocupación por las posibles malas prácticas comerciales de sus proveedores.
De acuerdo con nuestros expertos, el incremento de la atención a los riesgos sociales se debe a que los dirigentes de las empresas están más centrados en la sostenibilidad como factor diferencial en un escenario de negocio cambiante y a que cada vez más estudios señalan el vínculo entre las prácticas socialmente responsables y el rendimiento financiero. Y es que no integrar los riesgos sociales en las operaciones de la empresa podría causar el alejamiento de consumidores e inversores, una mayor exposición a sanciones regulatorias, daños a la reputación o una disminución de la productividad y de la motivación.
Curiosamente, a pesar de la importancia de la responsabilidad social corporativa y de los criterios de sostenibilidad ambiental, social y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), el cambio climático no figura entre los 7 principales riesgos que más preocupan a los administradores y los directivos.
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En los últimos años, los riesgos cibernéticos han ocupado un lugar destacado entre las preocupaciones de los D&O. En nuestro último informe, la pérdida de datos (que suele estar relacionada con un problema de ciberseguridad, aunque no siempre) ocupa un lugar destacado por los importantes costes que se pueden derivar de la misma. Además, el panorama regulador sigue cambiando (hay nuevas leyes de privacidad y ciberseguridad en tramitación en países como Reino Unido), lo que también añade incertidumbre a la labor de los gerentes de las empresas.
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Las pérdidas de datos son, de hecho, una de las razones por las que han aumentado las demandas colectivas y de los accionistas contra una empresa y/o sus directivos. Por ejemplo, el Tribunal Federal de Justicia de Alemania determinó recientemente que una pérdida temporal del control sobre los datos personales podría considerarse un daño moral y justificaría una indemnización, incluso aunque los datos no hubiesen sido usados de forma indebida. Pero más allá de los problemas con los datos, la preocupación por los fallos en los sistemas de control de las empresas está aumentando de forma general.
Este tipo de fallos abre la puerta a multitud de riesgos diversos, como los procedimientos penales por controles inadecuados frente a delitos financieros, las demandas colectivas de carácter civil o las multas regulatorias por infracciones que podrían haberse evitado mediante la implementación de sistemas de control sólidos. Así, es cada vez más importante que los administradores y los directivos aborden adecuadamente los mecanismos de control internos.
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Los cambios en leyes y regulaciones siguen siendo uno de los motivos principales de preocupación para los D&O. El escenario actual es cada vez más complejo, con la introducción continua de nuevas normas (en especial, en el sector de servicios financieros), lo que aumenta las probabilidades de que las empresas incumplan la regulación y sufran sanciones que puedan afectar a los ejecutivos. Este escenario se complica todavía más ante la incertidumbre geopolítica, ya que las decisiones de los gobiernos acaban teniendo un profundo impacto en la agenda regulatoria.
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El último informe de WTW recoge un riesgo emergente que, por primera vez, aparece entre las preocupaciones más destacadas de administradores y directivos: el riesgo por litigios civiles. El 63 % de los encuestados los considera una preocupación muy importante. De acuerdo con nuestros expertos, los principales motivos para ello son, entre otros factores, la inflación social (es decir, el aumento de la frecuencia y la gravedad de los siniestros litigados), la propagación de las demandas colectivas, el aumento del activismo de los abogados demandantes, los cambios regulatorios, el creciente activismo de los consumidores que conocen cada vez mejor sus derechos y el aumento de la desconfianza hacia los grandes empresarios.
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Una de las preocupaciones más habituales entre los gerentes tiene que ver con los riesgos derivados de sobornos y otras prácticas corruptas. Esta preocupación es especialmente intensa en las grandes empresas, donde el 81 % de los D&O lo considera un riesgo muy importante, mientras solo el 51 % de los encuestados en empresas de menor facturación lo considera así. La diferencia de percepción se debe, entre otras cosas, a que las grandes empresas suelen operar en varias jurisdicciones y la complejidad de sus operaciones dificulta la detección y la prevención de corrupción. Además, las grandes empresas también están sujetas a un mayor escrutinio regulatorio y público.
En resumen, esta lista con los 7 riesgos a seguir de cerca en 2025 para administradores y directivos (D&O) es un reflejo de los desafíos del escenario social, económico y político actual. Para minimizar y mitigar estos riesgos, es crucial contar con una estrategia eficaz de gestión de riesgos, así como con sistemas de control adecuados. No disponer de ellos puede acabar por tener un impacto significativo en las operaciones y en la cuenta de resultados de la empresa, y también desembocar en litigios, en impactos negativos en la reputación y en daños al patrimonio de los directivos.