Transportar mercancías y personas alrededor del globo siempre ha exigido un alto grado de resiliencia y flexibilidad para adaptarse a las complejidades y los cambios disruptivos. En los últimos años, sin embargo, ambas capacidades han sido llevadas al límite. Las nuevas regulaciones, las tensiones comerciales y la inestabilidad geopolítica preocupan cada vez más al sector de la logística y el transporte, tal como se desprende del informe Global Transportation and Logistics Risk de WTW, elaborado en base a la información proporcionada por 400 altos directivos de la industria.
Sin embargo, a pesar de los nubarrones en el horizonte, las empresas del sector mantienen el optimismo y tienen claras las oportunidades de crecimiento que llegan de la mano del comercio, las infraestructuras y la tecnología.
Más de la mitad de los directivos encuestados señalaron que los cambios regulatorios son uno de los mayores riesgos para el sector, reflejando la preocupación por el aumento de la carga burocrática y el cumplimiento normativo en áreas como la ciberseguridad o la protección medioambiental. Además, entre los grandes riesgos para la continuidad de la cadena de suministros, el 68 % mencionó las disputas comerciales y el 62 %, los desafíos geopolíticos. A nivel medioambiental, el 61 % afirmó que la estrategia de sostenibilidad de la empresa es su mayor fuente de riesgos, junto al aumento de la presión para acelerar la descarbonización.
Estas preocupaciones coinciden en gran medida con las de nuestros analistas, que señalan que estos con los 5 riesgos que el sector debe seguir de cerca en 2025:
01
Los factores geopolíticos podrían interrumpir el transporte global en 2025. La inestabilidad política, los ataques, las guerras en curso y los posibles nuevos conflictos amenazan con generar retrasos y pérdidas para las empresas de transporte y logística. En este sentido, se observa un aumento en la contratación de coberturas adicionales de war on land para transporte terrestre y de seguros de responsabilidad civil de fletadores, lo que indica un aumento de la preocupación.
02
Las posibles interrupciones causadas por guerras arancelarias, tensiones comerciales, fenómenos meteorológicos extremos y retrasos de proveedores se verán intensificadas por la creciente interdependencia global de la cadena de suministro. Las empresas de transporte y logística deben supervisar y fortalecer las relaciones con sus socios clave, diversificar rutas y proveedores y mejorar el análisis de los riesgos de la cadena de suministro.
03
Los fenómenos meteorológicos extremos se están volviendo más frecuentes y severos, lo que multiplica los impactos en la infraestructura logística global y aumenta los retrasos, los costes y los desafíos operativos. Las empresas del sector deben identificar estrategias para mejorar su resiliencia y desarrollar planes de contingencia para mantener el buen funcionamiento de sus operaciones.
04
La amenaza de los ataques cibernéticos, perpetrados tanto por delincuentes como por estados, hacia infraestructuras de transporte críticas es una preocupación creciente. La rápida digitalización de los sistemas, las operaciones y los procesos está ampliando la superficie expuesta a posibles ciberataques, por lo que las empresas deben trabajar de forma continua para evaluar sus vulnerabilidades y fortalecer sus controles de seguridad.
05
La mayoría de las empresas de transporte cuentan con flotas obsoletas. A pesar de la presión regulatoria para adoptar vehículos eléctricos y de hidrógeno, la transición es demasiado costosa para muchas de ellas y las infraestructuras de carga y almacenamiento necesarias no están disponibles.
A pesar de los muchos desafíos, 2025 también esconde oportunidades para el sector de la logística y el transporte. El 57 % de los directivos encuestados cree que las mayores oportunidades estarán en las inversiones en las infraestructuras para completar la transición energética del sector. Además, el 55 % señala que la inversión en tecnología conlleva oportunidades importantes asociadas a la gestión y a la mitigación de riesgos, así como a la automatización de las operaciones.
En cuanto a los principales objetivos estratégicos de las empresas para los próximos dos años, las respuestas se dividen entre el optimismo y la cautela. Un 38 % señala que su objetivo es crecer a través de nuevas adquisiciones y un 33 % indica que buscará hacerlo mediante la innovación. En el otro lado de la balanza, otro 33 % subraya que su objetivo principal es aumentar la liquidez y un 32 % apunta a la estabilización del negocio. Además, estas perspectivas varían en gran medida en función de los contextos regionales y de los sectores concretos.
El transporte y la logística ocupan un lugar central en la economía global: sin ellos, el flujo comercial se paralizaría y los pasajeros no llegarían a sus destinos. Sin embargo, el sector está bajo una presión cada vez mayor, impulsada por factores de riesgo asociados a la descarbonización y a un creciente número de regulaciones ambientales y comerciales. Todo ello se ve agravado por el aumento de las tensiones comerciales en los últimos años. Sin embargo, nuestro informe sugiere que las empresas están intensificando sus esfuerzos para afrontar sus desafíos, invirtiendo en infraestructura y tecnología y buscando hacer crecer sus negocios a pesar de las dificultades.