Las renovables han dejado de ser algo innovador para convertirse en el presente del sector energético: en 2024 se instaló en todo el mundo casi un 20 % más de capacidad renovable que en 2023 y ya hay casi tanta potencia de generación eléctrica renovable como mediante combustibles fósiles (de acuerdo con el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables). La eólica y la fotovoltaica lideran el crecimiento de un sector que impulsa la descarbonización de la economía y que no deja de innovar.
Según el informe Renewable Energy Market Review 2025 de WTW, las aseguradoras que apuesten por apoyar la diversificación de los portafolios de sus clientes deben estar preparadas para gestionar tecnologías emergentes y potencialmente disruptivas, de futuro más incierto y con riesgos más difíciles de asegurar. El mercado asegurador deberá evolucionar en paralelo a estas tecnologías para permitir la experimentación en un sector cada vez más dinámico.
Suecia trabaja para convertirse en el primer país con carreteras capaces de cargar las baterías de los vehículos eléctricos que circulan sobre ella. Lleva años testando la tecnología y ahora está construyendo ya las primeras vías de estas características. Las carreteras eléctricas y los pavimentos que generan energía resuelven algunos de los retos de la movilidad eléctrica, como el tiempo de carga o las grandes baterías necesarias para impulsar camiones y otros vehículos de grandes dimensiones. Varios enfoques tecnológicos:
Las compañías aseguradoras necesitarán datos de riesgo sólidos para evaluar la inclusión de estos activos. El gran reto es la incertidumbre que genera la naturaleza prototípica de estas tecnologías por el desgaste de estas infraestructuras, sometidas a mucha presión.
Los sistemas de almacenamiento de energía por gravedad elevan bloques pesados o trenes en pendientes cuando hay exceso de energía (y precios bajos) y los sueltan para generar electricidad en momentos de alta demanda. Se han probado en Suiza y Estados Unidos y ofrecen una solución mecánica de almacenamiento de larga duración sin los problemas de degradación química de las baterías. El reto para los seguros son los altos costes iniciales, el impacto de su construcción y las restricciones geográficas por falta de espacio, lo que limita su escalabilidad.
La energía de las mareas (mareomotriz) y la de las olas (undimotriz) está explorando nuevas vías más eficientes gracias a dispositivos hinchables que flotan justo bajo la superficie, absorbiendo la energía del océano. La integridad estructural y la eficiencia de la generación de energía son dos retos claves que este enfoque tecnológico presenta para el sector asegurador.
Las propiedades bioeléctricas del micelio, la red de finas raíces a través de la que los hongos se alimentan y se comunican, llevan muchos años bajo estudio. Algunas startups biotecnológicas están desarrollando baterías experimentales basadas en estas propiedades para sensores o dispositivos electrónicos de bajo consumo. Por ahora, el mercado asegurador ve estas tecnologías como prototípicas, soluciones con potencial pero que todavía tienen que demostrar escalabilidad comercial y modelos de ingeniería fiables.
Las ventanas solares integran paneles fotovoltaicos que capturan luz ultravioleta e infrarroja, convirtiéndola en electricidad, mientras dejan pasar la luz visible. Este tipo de soluciones de doble propósito puede reducir el consumo energético de los edificios, siendo una solución útil para entornos urbanos. Aun así, existen riesgos como la distorsión visual, la degradación del rendimiento con el uso y la integración en fachadas existentes.
La fusión nuclear (la forma en que se produce energía en el interior de las estrellas) es la eterna promesa para generar electricidad limpia e inagotable. En los últimos años se han producido algunos avances en China, Reino Unido y Estados Unidos. Aunque su viabilidad comercial aún está lejana, la fusión plantea riesgos tecnológicos en sí mismos. A largo plazo, el mercado asegurador necesitará nuevos marcos para la cobertura de responsabilidad, regulación y rendimiento.
Las tecnologías evolucionan rápidamente en el sector de las renovables y el mercado asegurador debe adaptarse. Los marcos tradicionales de suscripción pueden no ser adecuados para estos sistemas tan innovadores, por lo que será crucial invertir en expertise técnico, así como desarrollar estructuras de pólizas flexibles y modelos colaborativos de riesgo.
Pero estas nuevas tecnologías no solo traen consigo desafíos, sino también oportunidades, ya que representan nuevas clases de activos asegurables para los pioneros del sector. Para las aseguradoras, el mensaje es claro: el futuro de las energías renovables no se limitará al viento y al sol, sino que incluirá las carreteras, el mar, el subsuelo e incluso los hongos.
Ser pioneros implica riesgos muy altos, pero también un potencial elevado de recompensa. Las empresas de energías renovables con visión de futuro deberán apoyarse en una estrategia de gestión de riesgos robusta que sea ágil y flexible con los riesgos emergentes.