El acceso a la jubilación es uno de los momentos vitales más importantes para un trabajador, no solo desde el punto de vista económico, sino también social, emocional y personal. La empresa juega un papel clave en preparar el camino para que esta transición sea lo más sencilla posible: puede ayudar a planificar el ahorro de sus empleados, fomentando también su educación financiera, y tiene los instrumentos necesarios para reforzar el bienestar de sus trabajadores ante una etapa clave de su vida.
Estas capacidades no solo convierten a la empresa en una aliada clave en la jubilación de sus empleados, sino que también le otorgan un papel fundamental en la búsqueda de alternativas para resolver los desafíos del sistema público de pensiones. Además, la propia organización obtiene beneficios importantes (a nivel fiscal y de talento) al implicarse en la planificación de la jubilación de sus trabajadores.
Ante la situación del sistema público de pensiones, y la aprobación de la ley para el fomento de planes de pensiones de empleo, cada vez más organizaciones apuestan por ayudar a sus empleados a planificar el ahorro a largo plazo de cara a la jubilación. Las empresas cuentan con varias soluciones para ello:
De cara a la jubilación no solo es importante ahorrar, sino también entender cómo funcionan las inversiones y cómo se comporta el dinero a largo plazo. Las empresas juegan también un papel clave a la hora de fomentar una buena educación financiera entre sus empleados, que les permita tomar mejores decisiones en el presente y en el futuro y, como consecuencia, alcanzar una mayor estabilidad económica. Por eso, los programas de educación financiera tienen un rol cada vez más relevante en los planes de bienestar financiero de las empresas.
Estos programas no son instrumentos de ahorro en sí mismos, pero son muy efectivos para fomentarlo y mantener a los empleados informados de todos los cambios normativos que pueden afectar a su situación financiera a largo plazo, se encuentren en el momento vital en que se encuentren. Las empresas pueden ofrecer, entre otras cosas, talleres para planificar la jubilación o para explicar los beneficios a disposición de los empleados, orientación individual o simuladores de ahorro.
Una empresa más implicada con la jubilación de sus empleados no solo es una empresa más responsable y comprometida con el bienestar de su plantilla y con la búsqueda de alternativas viables para lograr la estabilidad del sistema de pensiones. Es también una empresa que obtiene beneficios directos que se materializan en ventajas competitivas como una mayor capacidad de atraer y retener el talento o una serie de beneficios fiscales.
La nueva ley de fomento de los planes de pensiones de empleo, por ejemplo, contempla incentivos fiscales para el trabajador y para la empresa. Los empleados podrán deducir en el IRPF hasta 1500 euros al año (incluyendo sus aportaciones a los planes de pensiones de empleo y a los planes individuales). Además, las contribuciones empresariales al plan no cotizarán a la Seguridad Social (con ciertos límites) y se podrá deducir un 10 % en la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades por las aportaciones a trabajadores con rentas por debajo de los 27 000 euros al año.
Por otro lado, las herramientas de apoyo a la planificación financiera son uno de los beneficios más demandados por los empleados. Como tal, la empresa puede utilizarlas para reforzar la fidelidad y el compromiso de sus trabajadores, contar con una plantilla más feliz y productiva y atraer a talento diferencial. Cuando una empresa ayuda a sus empleados a planificar su jubilación, transmite estabilidad y preocupación por su futuro, fortaleciendo los vínculos de los trabajadores con la organización, reforzando la retención del talento y mejorando el nivel de satisfacción de los empleados (y, por lo tanto, su productividad y su compromiso).
En definitiva, la empresa tiene un rol clave en el bienestar financiero de sus empleados a largo plazo y tiene la capacidad de ofrecerles alternativas para que disfruten de una jubilación digna. Esto aporta beneficios competitivos y contribuye a tener una plantilla más satisfecha y motivada. Además, las últimas reformas normativas refuerzan el papel de las organizaciones como uno de los pilares fundamentales del sistema de pensiones.