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Los riesgos de directivos y administradores en la transformación del sector turístico

Julio 4, 2024

El sector turístico enfrenta riesgos que afectan su actividad, rentabilidad, reputación y el patrimonio de directivos y administradores.
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La actividad turística ha resurgido con fuerza en España tras el parón obligado por la pandemia. El año pasado, el país recibió 85 millones de turistas extranjeros (la primera vez que se supera esa cifra en la historia) y estos dejaron un gasto de más de 108 000 millones de euros (un 18,2 % más que en el último año previo a la pandemia). Este contexto de fuerte crecimiento está lleno de oportunidades para las empresas del sector y sus directivos y administradores (D&O, por sus siglas en inglés). Pero también de riesgos derivados de la presión regulatoria, las prácticas sostenibles o la incertidumbre económica.

¿A qué riesgos se enfrentan los directivos y administradores del sector turístico?

El sector turístico enfrenta multitud de riesgos empresariales que pueden impactar significativamente en su actividad, su rentabilidad y su reputación, así como en el patrimonio de sus directivos y sus administradores. Estos riesgos se dividen principalmente en externos e internos.

  • Riesgos externos. Aquí se engloban los riesgos sistémicos, que incluyen crisis económicas globales o regionales que afectan al turismo en general, y los riesgos políticos y regulatorios que pueden influir en las operaciones turísticas.
  • Riesgos internos. Las empresas del sector deben gestionar adecuadamente los riesgos financieros, los operativos, los reputacionales y la adaptación a nuevas tecnologías del mercado, entre otros factores.

Las reclamaciones y las pérdidas más habituales

Tanto los riesgos internos como los externos afectan también de forma directa a directivos y administradores. El último estudio de WTW que analiza más de 150 reclamaciones recibidas dentro de las pólizas de responsabilidad civil de directivos y administradores de empresas del sector turístico, (estudio a nivel global: Claims analysis report. Hospitality and leisure Directors’ & Officers’ Liability 2024), refleja que la mayoría deriva de demandas civiles (un 37 %), investigaciones penales (18 %) y demandas colectivas de clientes (17 %). Además, también tienen cierto peso las investigaciones de las agencias reguladoras, las demandas de accionistas y las demandas de empleados.

Por otro lado, las mayores pérdidas económicas están causadas por problemas derivados de prácticas comerciales inadecuadas o relacionadas con la seguridad y la salud. De acuerdo con los datos de WTW, solo el 38 % de estas pérdidas está cubierta por la póliza, ya que una buena parte de los costes incluyen a menudo multas y sanciones que en muchos países no son asegurables. El informe señala que las pérdidas económicas están por lo general relacionadas con los siguientes eventos:

  • Prácticas comerciales o de mercado inadecuadas. Estas incluyen las reclamaciones en las que se haya producido una infracción de regulaciones antimonopolio, se haya hecho uso de información privilegiada o se haya vulnerado la ley contra el blanqueo de capitales, entre otros casos. Las reclamaciones basadas en la responsabilidad civil, como la difamación y el incumplimiento de contrato, también se incluirán en esta categoría.
  • Gobierno corporativo. Estas pérdidas se relacionan con el buen funcionamiento del negocio de la empresa y también tienen, a menudo, un matiz regulatorio. Aquí se incluyen, sobre todo, reclamaciones relacionadas con procedimientos de control inadecuados.
  • Fusiones y adquisiciones. Esta categoría incluye reclamaciones relacionadas con cualquier actividad de fusiones y adquisiciones que afecte al propio negocio del asegurado.
  • Monitorización e informes. Estas pérdidas se producen por reclamaciones por no haber cumplido los requisitos de transparencia, como la publicación de declaraciones financieras y fiscales, frente a cualquier organismo regulador o administrativo.
  • Robo y fraude. Estas pérdidas derivan de sucesos como el fraude de valores, el robo de activos o de información, la falsificación, la suplantación de identidad y la ingeniería social o los fallos de seguridad en el sistema. Las pérdidas por robo y fraude se pueden dividir en externas e internas en función de si en ellas participan o no los empleados.
  • Quejas de los accionistas. Tienen que ver con las reclamaciones por la oferta de venta de acciones de una empresa. Suelen estar relacionadas con la información proporcionada durante la emisión de acciones o deuda.
  • Relaciones con los empleados. Agrupan todas las reclamaciones surgidas por problemas en la relación entre empleador y empleado, desde despidos o tratos injustos hasta discriminaciones y reclamaciones por los programas de beneficios.
  • Seguridad y salud. Estas pérdidas se derivan de las reclamaciones contra los asegurados relacionadas con la seguridad del entorno laboral.
  • Idoneidad, divulgación y violación de datos. Esta categoría incluye pérdidas por incumplimiento del deber fiduciario, por no haber cumplido los requisitos de idoneidad, por no haber divulgado la información que tenía que ser conocida o por el caso contrario, revelar datos privados.

Para gestionar los riesgos para directivos y administradores que implican estas posibles reclamaciones y pérdidas, es fundamental que las empresas del sector turístico implementen estrategias de cobertura y contingencia, como la contratación de seguros D&O. Estos seguros protegen a los ejecutivos de posibles reclamaciones derivadas de decisiones empresariales que puedan causar pérdidas a la empresa o a terceros.

ESG: desafíos y oportunidades

La sostenibilidad medioambiental y social y el buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) también representan una fuente de riesgos creciente para el sector turístico. Sin embargo, pueden enfocarse no solo como un desafío, sino también como una oportunidad. Los viajeros son cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus viajes, lo que motiva a las empresas a adoptar prácticas más sostenibles. Dado que el sector del turismo está cada vez más sensibilizado con estos aspectos, las prácticas ESG podrían aprovecharse en positivo.

Las aseguradoras cada vez son más sensibles por su propia política interna y su reputación a evaluar el comportamiento de sus clientes en materia de sostenibilidad. Les preocupa cómo gestionan y trabajan sus asegurados a nivel de gobierno corporativo, cómo se preocupan por sus empleados y sus clientes, cómo gestionan su cadena de suministro y su comunidad y qué acciones están desarrollando para mitigar los efectos del cambio climático.

Sobre los puntos anteriores, el sector turístico está trabajando y desarrollando múltiples acciones que demuestran su preocupación, lo que debería favorecer la percepción que el mercado asegurador pueda tener sobre ellos y, al mismo tiempo, reducir el número de reclamaciones potenciales en esta materia. En particular, cada vez es más importante la transparencia de cara a los stakeholders y no caer en prácticas de blanqueamiento verde o greenwashing (es decir, intentar hacer pasar por sostenibles acciones o estrategias que no lo son) que pueden dañar seriamente la reputación de una empresa y sus directivos.

En resumen, la gestión efectiva del riesgo empresarial en el sector turístico requiere una combinación de estrategias financieras, legales y operativas, así como un enfoque creciente en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Estas medidas no solo protegen a las empresas contra posibles adversidades, sino que también las posicionan mejor en un mercado en evolución.

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