Las estrategias eficaces de gestión de riesgos son fundamentales para abordar estos riesgos. Todas las empresas que realicen una adquisición deben tener una idea completa de lo que obtienen por su dinero, incluido los riesgos y las oportunidades. En estas circunstancias el riesgo medioambiental es un ejemplo del primero que a veces se ha pasado por alto en la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A).
La compra de un negocio siempre expone al comprador a las responsabilidades medioambientales que conlleva. Estas deben planificarse cuidadosamente para evitar poner en peligro el acuerdo, y los seguros pueden desempeñar un papel importante. En algunos casos, el riesgo medioambiental podría ser visible si hay datos que lo evidencien, aunque lo más común es que no.
En este sentido muchas veces se puede conocer el origen de la fuente de contaminación, con lo que este ejercicio es más fácil. Sin embargo, también es posible que las responsabilidades medioambientales solo surjan tras la finalización del acuerdo de adquisición, o tal vez el grado de contaminación en el sitio se descubra unos meses después. En cualquier caso, debido a la importancia, este riesgo debe abordarse a satisfacción de ambas partes.
En este sentido es comprensible que los vendedores quieran traspasar al nuevo propietario la responsabilidad de la contaminación que han causado, involuntariamente o no, para lograr salir indemnes y no tener que cumplir con la Responsabilidad Medioambiental inherente a la tenencia de un activo contaminado. Los compradores, por otro lado, no querrán hacer frente a costes inesperados; por lo que necesitarán conocer las posibles responsabilidades medioambientales por adelantado para poder calibrar lo que deben aceptar en la negociación.
Como se señala este problema está cobrando cada vez mayor relevancia dentro del proceso de fusiones y adquisiciones a medida que los problemas medioambientales aumentan y los reguladores de todo el mundo adoptan una línea más dura de exigencias y responsabilidades.
La lista de riesgos es larga y algunos ejemplos de contaminación de emplazamientos incluyen:
No son solo las posibles fuentes de riesgo medioambiental que los compradores deben comprender en la tenencia o adquisición de activos sino también deben evaluar cómo la polución y los contaminantes pueden encontrar una vía por donde causarán daños; por ejemplo, a través del suelo o las aguas subterráneas o a través de cauces de agua superficiales. También deben identificar el “receptor” que se podría ver perjudicado por la contaminación: el pez de un río, por ejemplo, o una población local.
Con tanto en juego, el seguro de responsabilidad por daños medioambientales (Environmental Impairment Liability, EIL) puede ayudar tanto a compradores como a vendedores a sortear la complejidad de las operaciones en esta área.
El Seguro Medioambiental puede cubrir responsabilidades futuras conocidas y desconocidas por contaminación, limitando un riesgo potencialmente complicado. Esto tranquiliza a los compradores y puede permitirles mejorar su oferta a la hora de competir por un activo. También ayuda a los vendedores asegurándoles una salida limpia y aumentando el conjunto de posibles licitadores con aquellos que, de otro modo, podrían haber sido disuadidos por el riesgo medioambiental.
Es importante destacar que las pólizas de Medioambiente generalmente pueden proporcionar límites mucho más altos y términos de cobertura más extendidos que los acuerdos de depósito en garantía que a menudo se han utilizado para administrar el riesgo en un proceso de fusiones y adquisiciones.
Las pólizas de Medioambiente son muy diversas ya que el objetivo es cubrir las numerosas lagunas de las pólizas de seguro de responsabilidad civil general y patrimonial. La primera puede pagar algunos conceptos en caso de contaminación repentina y accidental -siempre y cuando no esté limitada por la legislación o tenga exclusiones-, pero ninguno de los dos tipos de póliza puede cubrir casos de contaminación con afección al medio natural, afección a los recursos naturales, del Estado, daños a la biodiversidad o mitigación de pérdidas o en casos de contaminación gradual, costes de limpieza estatutarios o de origen.
Del mismo modo, la mayoría de las pólizas de garantía e indemnización tienen una exclusión general para todas las reclamaciones relacionadas con la contaminación. Por el contrario, el seguro medioambiental puede cubrir todas las responsabilidades medioambientales, tanto si se transmiten por contrato como si no. De hecho, existen pólizas específicas que pueden cubrir los riesgos históricos de contaminación conocidos y desconocidos producto de una adquisición.
“Los diferentes tipos de aseguramiento en medioambiente pueden cubrir todas las responsabilidades medioambientales, independientemente de si se transmiten o no por contrato, incluidos los riesgos históricos de contaminación conocidos y desconocidos, e incluso la nueva contaminación que surge después de la finalización del acuerdo.”
Juan García-Cubillana | Director Medioambiente – WTW España
La cobertura también puede extenderse a los riesgos medioambientales de actividades como el transporte o la gestión de residuos respondiendo a la legislación actual. En términos generales, los costes de origen y de terceros cubiertos por el seguro medioambiental incluyen: responsabilidad medioambiental en base a la directiva 35/2004 de la Unión Europea y su legislación de aplicación en cada país, responsabilidad en contaminación en los propios emplazamiento, responsabilidad ante terceros por daños medioambientales y lesiones corporales; daños por contaminación repentina y por contaminación accidental y gradual; costes de limpieza de origen, in situ y en los alrededores; costes de limpieza legales si una agencia medioambiental exige llevar a cabo trabajos; costes de defensa legal si el titular de la póliza es procesado; y responsabilidades del director y funcionario por infracciones medioambientales.
Además, el seguro medioambiental también puede ayudar con la prevención y la recuperación. Puede cubrir los costes de mitigación de pérdidas previas a incidentes para evitar un riesgo inmediato de daños causados por la contaminación. Puede pagar asimismo las investigaciones exigidas por la administración en un emplazamiento para evaluar el alcance de la contaminación y las posibles medidas de mediación.
En el wording WTW, si se produce un incidente, los tomadores de seguros pueden solicitar apoyo especializado en medioambiente para la gestión de crisis, así como para la gestión de los siniestros. Asimismo, también se cubrirían costes como la supervisión a largo plazo de las aguas subterráneas y la restauración de la biodiversidad. También se incluyen los costes de interrupción del negocio.
La diligencia debida medioambiental se está convirtiendo en una parte cada vez más importante del proceso de fusiones y adquisiciones. Los compradores cada vez más están decididos a identificar y cuantificar el riesgo medioambiental, exigiendo a ambas partes que reúnan el tipo de información detallada que las aseguradoras necesitan para ofrecer el seguro medioambiental.
Tenemos una amplia experiencia en ayudar a los clientes a organizar el aseguramiento en medioambiente sea cual sea su exposición, muchas veces ayudándoles a completar procesos de fusiones y adquisiciones que de otro modo habrían fallado.
En un ejemplo reciente, apoyamos a una empresa de capital privado del Reino Unido que estaba negociando la compra de una gran empresa farmacéutica en un centro con un posible riesgo histórico de contaminación. Ni el comprador ni el vendedor estaban dispuestos a asumir la responsabilidad de esta exposición medioambiental, por lo que trabajamos con una aseguradora para estructurar una póliza que garantizase la cobertura siempre que los resultados de las pruebas de contaminación se hicieran antes de su finalización. Esto permitió que el proceso de trato continuara avanzando sin demora.
En otro acuerdo, trabajamos con el comprador de una planta de fabricación industrial en Europa del Este que tenía un problema conocido con las aguas subterráneas contaminadas. Ayudamos al comprador a organizar una política de dos años para cubrir la contaminación histórica y las exposiciones operativas continuas a la contaminación. El seguro fue un factor fundamental en el progreso del acuerdo hasta su finalización.
La conclusión es que el riesgo medioambiental es ahora una consideración clave en una amplia gama de transacciones de fusiones y adquisiciones. No tener en cuenta este riesgo puede poner en peligro los acuerdos o socavar el resultado de la transacción para el comprador o el vendedor, o para ambos.
Por ese motivo, es fundamental que los negociadores aumenten sus esfuerzos para identificar dicho riesgo y tomar medidas atenuantes cuando sea necesario. Para formas más inteligentes de gestionar los riesgos medioambientales, póngase en contacto con nuestros especialistas.