Según las últimas estadísticas del INE, las filiales de empresas españolas en el exterior generaron una cifra de negocios de 225.171 millones de euros y ocuparon a 767.629 personas en 2019. En cuanto a los países con mayor tracción, Estados Unidos, Brasil y México generaron la mayor cifra de negocios para las empresas españolas con filial local.
El proceso de internacionalización se ha intensificado en los últimos tres años por una urgente necesidad de compensar la caída de ingresos en España y en los mercados cercanos, mediante el desarrollo de mercados con crecimientos sólidos. Las empresas del IBEX 35 han incrementan año a año su cifra de negocios un 10% de media debido a su crecimiento fuera de nuestras fronteras. El peso del negocio exterior sobre el total sobrepasa de media el 53% en estas empresas.
No obstante, la expansión internacional es un proyecto muy complejo, ya sea mediante una red comercial, constituyendo una filial o por adquisición de empresas en el país de destino. Es un proceso de transformación que requiere mucho tiempo y recursos, y que implica vencer obstáculos y resistencias internas y externas.
Para que un proyecto de internacionalización tenga el mayor éxito posible y conlleve el menor riesgo, hacen falta gestores expertos tanto en desarrollo de negocio, como en los países de destino y en el contexto del proyecto. Y los retos pueden ser muchos y de diversa índole, desde la creación de alianzas con socios locales hasta empresas adquiridas en una situación de dificultad y que necesitan un nuevo management local.
La expansión a otras jurisdicciones añade una nueva dimensión al panorama de riesgos de una empresa. En particular, las empresas que operan a nivel internacional tienen que entender y cumplir una serie de leyes y reglamentos en los países en los que operan. También tienen que estar preparadas para unos requisitos legales y normativos cada vez más estrictos en muchos ámbitos.
Entrando más en la gestión de riesgo y seguros, cabe destacar que las empresas que se expanden a nuevos territorios suelen descubrir que la administración de pólizas de seguro se convierte en un rompecabezas – y nos enfrentamos a ineficiencias en la transferencia de riesgo, y que pueden afectar también la rentabilidad de la empresa.
Con una gestión de riesgo cada vez más profesionalizada, más empresas multinacionales, independientemente de su tamaño, recurren a programas de seguros internacionales con el fin de optimizar su exposición.
Aunque la tendencia mundial es que existan unos requisitos de gobierno corporativo más estrictos, los incidentes y las respuestas varían en las distintas jurisdicciones.
En la UE y en Suiza, por ejemplo, unos pocos casos de gran repercusión han hecho que se preste más atención a los consejos de administración, incluidos los miembros individuales, en una serie de cuestiones de gobierno corporativo que incluyen el cumplimiento de la normativa y la composición del consejo.
En América Latina, la situación es algo diferente. A raíz de importantes escándalos de corrupción, algunos de los cuales implican a destacadas empresas multinacionales, los reguladores de países como México y Brasil se han vuelto mucho más escrupulosos a la hora de investigar tanto a las empresas como a los individuos. Y las acusaciones relacionadas con la corrupción, monopolio/ competencia o el uso de información privilegiada suelen ser cada vez más costosas de defender, ya que los asuntos suelen ser de gran complejidad y requieren despachos de abogados especialistas.
Las demandas colectivas son otro ámbito en el que los gestores de las empresas se enfrentan a una mayor exposición. Suelen requerir un tiempo, un esfuerzo y un coste considerables, y la publicidad que conllevan puede afectar negativamente a la imagen y la reputación de una empresa – y de los directivos. El número de demandas colectivas en la UE, antes limitadas a los Estados Unidos, está creciendo rápidamente. (También están en niveles récord en los EE.UU.) Y muchos países latinoamericanos permiten ahora los litigios de acción colectiva, ya sea de jure o de facto.
Las tres principales opciones que se pueden estudiar para transferir el riesgo de Responsabilidad de Administradores y Directivos (Directors’ and Officers’ o D&O en la jerga del sector asegurador) – y otros muchos seguros, son:
Cada una tiene ventajas y desventajas, aunque sí es importante resaltar que estar en un país donde está prohibido la cobertura de un siniestro local por una póliza en el extranjero, implica el riesgo para la empresa de cometer una infracción de la legislación local con todas sus consecuencias.
Unas preguntas que pueden ayudar a decidir sobre la necesidad de adquirir o no una póliza local podrían ser:
Para el estudio y la implementación de un programa internacional es importante contar con un bróker especialista con capacidad de gestionar y coordinar pólizas locales y aportar valor a la gerencia de riesgos de la empresa. En WTW contamos con un equipo especialista no solo en seguros de D&O, sino también en la gestión de programas internacionales.