Las empresas energéticas y de recursos naturales están expuestas a riesgos de contaminación y deben gestionarlos cuidadosamente. Los seguros pueden desempeñar un papel cada vez más importante en esto.
Las empresas energéticas y de recursos naturales están especialmente expuestas al riesgo de contaminación. Desde fugas y vertidos hasta una gestión deficiente de los residuos, existe la posibilidad de que se produzcan graves daños medioambientales e importantes repercusiones en la salud.
Por lo tanto, gestionar ese riesgo de forma eficaz es crucial.
Esto comienza por reconocer que la industria es potencialmente vulnerable a una gran variedad de riesgos. Algunos ejemplos de contaminación son:
Las empresas energéticas y de recursos naturales también deben tener en cuenta cómo la contaminación puede causar problemas, por ejemplo, a través del suelo o las aguas subterráneas.
También deben identificar el «receptor» en riesgo de contaminación: una población local que depende de agua potable, por ejemplo, o de los peces de un río.
Todas las empresas energéticas y de recursos naturales deben contar con sistemas sólidos para gestionar sus riesgos medioambientales.
Los planes de gestión de residuos, por ejemplo, establecen cómo la organización gestionará materiales como aguas residuales, efluentes, residuos sólidos y emisiones atmosféricas. Los planes de gestión medioambiental proporcionan un plan para evaluar cómo las operaciones de la empresa en cada centro podrían afectar al medioambiente y cómo se mitigarán estos impactos.
También es importante llevar a cabo una evaluación del impacto medioambiental antes de iniciar cualquier proyecto o construcción;para detectar los riesgos que puedan afectar a la zona y gestionarlos. También puede ser necesaria un seguimiento a largo plazo: por ejemplo, análisis continuos de aguas subterráneas.
En muchos casos, las empresas energéticas y de recursos naturales operarán bajo permisos de gestión ambiental. Gestionar todo esto de forma eficaz garantizará que la organización cumpla con todas las normativas; también pueden mejorar su perfil de riesgo con el tiempo.
Las empresas responsables de energía y recursos naturales harán todo lo posible para evitar impactos e incidentes perjudiciales. Sin embargo, es imposible eliminar todos los riesgos por completo.
Seguros como el de responsabilidad civil general y el de cobertura de la propiedad pueden servir de ayuda en caso de que surja algún problema. Sin embargo, estas pólizas normalmente solo cubren la contaminación causada por daños repentinos y accidentales, en contraposición a la contaminación gradual, y no cubren los costes propios.
Para cubrir las brechas en sus seguros actuales, muchas empresas de energía y recursos naturales están recurriendo al seguro de responsabilidad civil por daños medioambientales (Environmental Impairment Liability, EIL).
El EIL puede cubrir tanto la contaminación repentina yaccidental, un derrame de petróleo, por ejemplo, como la contaminación gradual que se haya producido con el tiempo. También puede cubrir la contaminación atmosférica, incluido el impacto de las emisiones históricas, que es una preocupación creciente en el sector energético y de los recursos naturales.
En términos generales, la EIL cubre los costes a cargo del asegurado y de terceros: costes de limpieza, responsabilidad ante terceros por daños medioambientales y lesiones corporales;costes de mitigación de pérdidas antes del siniestro, investigaciones del emplazamiento, saneamiento del suelo y las aguas subterráneas, respuesta de gestión de crisis, costes legales de saneamiento si un organismo medioambiental realiza trabajos y exige un pago; restauración de la biodiversidad, control a largo plazo de aguas subterráneas, costes de defensa jurídica si el asegurado es procesado; y responsabilidad de administradores y directivos por infracciones medioambientales.
Si una empresa tiene un seguro de responsabilidad civil general o de propiedad en vigor, deberá reclamar primero esta cobertura. Pero es probable que la mayor parte de las coberturas anteriores queden excluidas; por lo tanto, EIL cubre los excesos de costes y riesgos.
En la práctica, hay dos tipos principales de cobertura EIL. El seguro de responsabilidad civil por contaminación en las instalaciones (Premises Pollution Liability, PPL) cubre los locales y activos propiedad del tomador del seguro, según se indica en el anexo de la póliza. El seguro de responsabilidad por contaminación de contratistas (Contractors Pollution Liability, CPL) cubre el trabajo realizado por los contratistas, por ejemplo, en proyectos de infraestructuras.
Las pólizas del EIL llevan más de 20 años disponibles, pero todavía hay algunos conceptos erróneos sobre la cobertura. Por ejemplo, las empresas energéticas y de recursos naturales a menudo asumen que el seguro será muy costoso, pero el aumento de la competencia en el mercado está teniendo un impacto significativo.
En otros casos, las organizaciones del sector están subestimando sus exposiciones al riesgo y, por lo tanto, decidiendo que no necesitan cobertura. Algunas empresas señalan que el EIL no es necesario en virtud de la normativa medioambiental, pero es importante reconocer que la carga de cumplimiento sigue creciendo.
El seguro del EIL está disponible para las empresas que operan en todo el sector energético y de recursos naturales. En el petróleo y el gas, pueden cubrirse la mayoría de los riesgos terrestres y marítimos, desde refinerías y terminales de almacenamiento de petróleo hasta empresas de exploración.
En el sector energético, la mayoría de los riesgos de generación están cubiertos, aunque el carbón constituye una notable excepción; actualmente existe una creciente demanda del EIL que cubra los proyectos de energías renovables. En la minería, actividad de especial riesgo de contaminación, existe una amplia gama del EIL.
La EIL también puede ayudar a las empresas energéticas y de recursos naturales a ejecutar sus estrategias medioambientales, sociales y de gobernanza (Environmental, Social and Governance, ESG). La cobertura puede ser una parte importante del enfoque para gestionar los impactos medioambientales tanto inmediatos como a largo plazo.
Por ejemplo, las pólizas EIL pueden cubrir riesgos climáticos, como el impacto de las emisiones atmosféricas, que suelen estar excluidos de las pólizas tradicionales de responsabilidad civil general.
El EIL también cubre los daños a la biodiversidad, que también se excluyen habitualmente de otros seguros. En términos más generales, la cobertura puede ayudar a las empresas energéticas y de recursos naturales a comprender e informar sobre sus riesgos medioambientales medioambientales y a demostrar que gestionan eficazmente sus riesgos ESG.
Contamos con una amplia experiencia en ayudar a los clientes a contratar las pólizas EIL, y en establecer contactos con aseguradoras para ayudarles a evaluar el coste del seguro y a contratar la cobertura adecuada.
En un caso reciente, una refinería de petróleo de Israel se ha enfrentado a una demanda colectiva de residentes locales que alegan que las emisiones atmosféricas históricas han afectado negativamente a su salud. El propietario de la refinería ya ha tenido que pagar más de 500 000 dólares en costes legales previos al juicio, que están cubiertos por su póliza de EIL.
En otro ejemplo, un error cometido por un subcontratista provocó una fuga de 30 000 galones de líquido de prueba de una nueva tubería. El contratista responsable de la construcción de la tubería pudo reclamar los daños causados en su póliza EIL; los costes y daños ascendieron a más de 3 millones de dólares.
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