La cadena de los ciber riesgos se complica a pasos agigantados. La entrada en escena de tecnologías disruptivas o la rápida evolución de la inteligencia artificial afectan a todas las empresas y usuarios por igual. Pero una serie de riesgos cibernéticos se ciernen, en concreto, sobre las aseguradoras. No todos tienen que ver con ataques malintencionados, ni mucho menos.
“Ahora que hemos pasado el ecuador de 2018, es hora de mirar atrás y revisar la evolución de las tendencias y proponer ajustes en las evaluaciones de riesgos del sector asegurador”, asegura Dave Ingram, Executive Vice President de Willis Re, con más de 30 años de experiencia en gestión actuarial. Estos son, según su análisis, los mayores riesgos cibernéticos para las aseguradoras en 2018.
Las vulnerabilidades Meltdown y Spectre han marcado los primeros meses del año. Han hecho olvidarse al mundo de las amenazas de malware y ransomware que tanto impacto tuvieron el año pasado. Las vulnerabilidades en el hardware de dispositivos son una puerta de entrada para hackers, haciendo posible el robo de datos privados y sensibles. Incluso, si estos dispositivos están conectados en red o a la nube, las implicaciones de un ataque podrían ser mucho mayores.
“La tecnología avanza a la velocidad de la luz y el sector de InsurTech está creciendo mucho. En el primer trimestre de 2018 se invirtieron más de 700 millones de dólares en proyectos de este sector”, explica Dave Ingram. Entre algunos de los proyectos de avances tecnológicos aplicados al sector seguros, destacan:
“Y esto es solo el principio. Hay más novedades en camino, incorporando inteligencia artificial, la nube, metodologías agile, robótica, analítica de big data …” añade el ejecutivo de Willis Towers Watson. Mantenerse al día y sacar el máximo partido de las soluciones tecnológicas es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el sector.
Que la tecnología está cambiando la forma de hacer negocios en cada vez más sectores no es una novedad. Según el informe 2017/2018 P&C Insurance Advanced Analytics Survey Report, el sector asegurador será pionero en la adopción de ciertas tecnologías disruptivas en los próximos dos años.
Por un lado, las nuevas tecnologías significan nuevas fuentes de datos (edificios y vehículos conectados, redes sociales o análisis de información interna). Por otro, abren nuevas oportunidades comerciales como el uso de la telemática parala gestión de flotaso la creación de productos personalizados en función de los perfiles de los clientes.
Aplicaciones móviles que permiten consultar los activos del cliente o plataformas en la nube para gestionar las reclamaciones. La tecnología ha cambiado la forma en que los clientes se relacionan con las empresas, también en el sector asegurador. No solo eso, sino que un segmento de los consumidores, sobre todo los más jóvenes, demanda y espera esos nuevos canales de comunicación con la compañía.
No cumplir con las expectativas tecnológicas de los asegurados y otros clientes puede influir directamente en los niveles de satisfacción. Una muestra clara de que la tecnología entraña riesgos que no siempre provienen de una fuente externa.
Dentro de los riesgos emergentes que más preocupan a las compañías aseguradoras, concluye Dave Ingram, se encuentran la rápida evolución de los ciber ataques (tanto en magnitud e impacto como en complejidad) y la entrada en escena de la inteligencia artificial y la automatización. “No se trata de la IA en sí misma, sino de la fiabilidad de un sistema autónomo de toma de decisiones”, señala el directivo de Willis Towers Watson.
Por otro lado, los sistemas de inteligencia artificial y los chatbots están ocupando ciertos espacios en el sector, sustituyendo, por ejemplo, algunas funciones de los agentes de seguros. El reto futuro será compaginar el trabajo de sistemas autónomos con el del personal humano y aprender a trabajar en equipo de forma eficiente.