El porcentaje de trabajadores a distancia se ha disparado durante el último año. Sin embargo, lo que parecía una panacea para encontrar el equilibrio perfecto entre vida laboral y familiar ha resultado tener más desafíos de los previstos. El último año nos ha mostrado la realidad compleja del teletrabajo y la conciliación. ¿Qué pueden hacer las empresas para afrontar los nuevos desafíos?
Tras algo más de un año de pandemia, es momento de echar la vista atrás y valorar cuál ha sido el impacto real de la apuesta a marchas forzadas por el teletrabajo en marzo y abril de 2020. En primer lugar, los porcentajes de trabajadores en remoto parecen estar estabilizándose. Según el Instituto Nacional de Estadística, hoy el 10% de los ocupados trabaja desde su domicilio, más del doble que antes de la pandemia (aunque llegaron a hacerlo más de un tercio de los trabajadores). Además, cerca de la mitad de los negocios se ha apoyado en el teletrabajo en el último año.
Esta nueva realidad ha tenido impactos claramente positivos. Según los datos del INE, la productividad aumenta con el trabajo a distancia entre un 5% y un 25%. Además, de acuerdo con la investigación de María Isabel Labrado Antolín, del Departamento de Organización de Empresas y Marketing de la Universidad Complutense de Madrid, el 40% de los empleados que han teletrabajado se ha sentido más empoderado, autónomo y confiado en la toma de decisiones.
Sin embargo, este nuevo escenario también ha dejado en evidencia las desventajas del teletrabajo. Tal como señala un estudio del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC) de la Universidad Autónoma de Madrid, estas son las principales dificultades asociadas al teletrabajo que se han identificado en el último año:
En relación a algunos de estos puntos, varios estudios han señalado que las mujeres se ven más afectadas por los retos de encajar teletrabajo y conciliación. Según una investigación del año pasado de la Universitat de València, las mujeres que teletrabajan y tienen hijos han visto multiplicada su carga de trabajo, una situación que paradójicamente se ve agravada por la flexibilidad en los horarios de trabajo.
Además, durante el confinamiento más estricto, periodo en el que las escuelas estuvieron cerradas, el seguimiento escolar de los hijos se convirtió en un elemento de ansiedad y estrés añadido. Por último, señala la investigación, la falta de horarios para encajar la vida laboral y la familiar se ha traducido, en muchas ocasiones, en una reducción del tiempo de descanso.
Los cambios en la gestión de personal durante la pandemia han sido evidentes. Los equipos de gestión de talento y las estrategias de beneficios se han adaptado a la nueva realidad. Pero, ¿qué pueden hacer realmente las empresas para superar los retos que ha supuesto el trabajo a distancia?
Algunas de estas acciones están recogidas en la nueva ley del teletrabajo en España, como son ofrecer un horario flexible, no reducir los derechos de los trabajadores a distancia respecto a los de sus compañeros que desempeñan las tareas de forma presencial, sufragar los gastos derivados de la actividad en remoto o proteger el derecho a la desconexión digital fuera de los horarios de trabajo.
Además de esto, existen una serie de estrategias y herramientas a implementar para reducir el impacto del teletrabajo en la conciliación, tal como recoge el estudio del Instituto de Ingeniería del Conocimiento.
El teletrabajo ha tenido puntos muy positivos para permitir la conciliación entre las esferas familiar y profesional. Sin embargo, la situación excepcional vivida durante el último año ha permitido también identificar una serie de desafíos que deben ser solventados para mantener el trabajo a distancia sin comprometer la conciliación.