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COVID-19 (Coronavirus)

La pandemia de COVID-19 (coronavirus) interrumpió la vida cotidiana como la conocíamos e infundió miedo e incertidumbre en muchos, desafiando a los líderes gubernamentales y empresariales a disipar preocupaciones y responder a la crisis. Un año después de la pandemia, la recuperación está en el horizonte y las vacunas están disponibles para más personas cada día. Pero aún queda mucho trabajo por hacer mientras nos preparamos para volver a una forma de vida más normal. Continuaremos abordando la diversidad de problemas que presenta la pandemia y la recuperación a través de la perspectivas de las personas, el riesgo y el capital, creando contenido con regularidad en estas tres áreas para ayudar a las empresas a comprender y gestionar mejor la crisis.

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Preparándose para un mundo post COVID-19

La crisis de COVID-19 magnificó y aceleró la transformación hacia un mundo más global y digital en medio de una incertidumbre y ambigüedad generalizadas. Incluso cuando se recupera una mayor sensación de certeza, la forma en que las organizaciones lideran y administran en esta "nueva normalidad" es fundamental para el desempeño comercial y su capacidad para seguir siendo competitivas y relevantes.

Las organizaciones que triunfarán mañana deben desarrollar en el lugar de trabajo, culturas resistentes, una cuidadosa gestión de riesgos y planes detallados de continuidad del negocio. Al mismo tiempo, se espera que los empleados sigan el ritmo del lugar de trabajo en evolución (que probablemente se volverá híbrido), adopten nuevas tecnologías y procesos, actualicen sus habilidades y competencias y se mantengan comprometidos y productivos. Las organizaciones deben examinar las operaciones para determinar qué funcionó y qué no durante el apogeo de la crisis para mejorar las operaciones, la gestión de riesgos y los planes de continuidad del negocio para prepararse mejor para la próxima crisis.



Protegiendo a las personas

Proteger a las personas del COVID-19 va mucho más allá de prevenir enfermedades. La pandemia ha tenido un efecto monumental en el bienestar de los empleados. Más que una crisis de salud global, COVID-19 es también una crisis financiera y social que requiere acciones audaces para preservar la seguridad, la salud y el bienestar de su fuerza laboral. El desafío para los empleadores es cómo apoyar mejor a sus empleados para que se sientan y rindan al máximo, dentro y fuera del trabajo. Adoptar un enfoque centrado en las personas ganará la confianza de los empleados y permitirá que la organización avance en este momento difícil.



Gestionando el riesgo

En términos de riesgo, cuando comenzó la pandemia, una de las primeras preguntas que muchos hicieron fue: "¿Mi seguro cubrirá las pérdidas asociadas con COVID-19?" Pero cuando quedó claro que la pandemia probablemente duraría más de unas pocas semanas, la exposición al riesgo cambió y se desarrolló. Por ejemplo, la transición a un lugar de trabajo virtual condujo a un fuerte aumento del riesgo cibernético. Y los esfuerzos para desarrollar una vacuna crearon una gran cantidad de nuevos riesgos, algunos obvios, como los de las empresas farmacéuticas y los proveedores de atención médica, y otros menos obvios, como las empresas de carga aérea y otras partes de la cadena de suministro.

Pero la gestión de riesgos va mucho más allá de los seguros. Por ejemplo, cuándo animar a los colegas a que regresen a la oficina y si deben recibir una vacuna, son elementos importantes de la gestión de riesgos.



Salvaguardar el capital

Cuando comenzó la pandemia de COVID-19, tuvo un impacto profundo en los mercados de capitales. Finalmente, los mercados se recuperaron, pero con el tiempo la crisis generó nuevos desafíos para el comportamiento tradicional del mercado, como una campaña impulsada en las redes sociales para presionar a los vendedores en corto. Además, las economías de todo el mundo se vieron estresadas porque los bloqueos llevaron a una caída del PIB y muchos gobiernos optaron por programas de estímulo que pueden conducir a un aumento de la deuda. En última instancia, el impacto a largo plazo de la pandemia no se comprenderá durante algún tiempo. Las empresas deben adoptar una perspectiva a largo plazo, pero estar preparadas para la continua volatilidad del mercado y una mayor incertidumbre económica.



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